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El exarquero asumirá de forma interina y dirigirá los seis partidos restantes del proceso clasificatorio al Mundial 2026

Actualizado: 10 feb

La Federación Peruana de Fútbol (FPF) designó a Óscar Ibáñez como técnico interino de la selección peruana, en reemplazo de Jorge Fossati. A pesar de los rumores que vinculaban a nombres como José Pékerman y Tite con el cargo, la FPF optó por el ex arquero para dirigir los seis partidos restantes de las Eliminatorias al Mundial 2026.



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Óscar Ibáñez, nacido en Roque Sáenz Peña, Argentina, es un nombre que resuena con respeto y admiración en el fútbol peruano. Aunque su lugar de nacimiento fue fuera de las fronteras peruanas, Ibáñez se convirtió en un símbolo del arco de la Blanquirroja, destacándose por su solidez, liderazgo y reflejos. Ibáñez inició su carrera en el fútbol argentino, pero fue en Perú donde encontró su verdadero hogar deportivo. Tras destacar en equipos como Deportivo Municipal y Universitario de Deportes, su regularidad y consistencia lo llevaron a obtener la nacionalidad peruana, abriendo así las puertas para defender los colores de la selección nacional.

Debutó con la Selección Peruana en 1998 y rápidamente se consolidó como el guardián indiscutible del arco. Participó en las eliminatorias para los Mundiales de 2002 y 2006, así como en varias ediciones de la Copa América. Su presencia en el campo transmitía seguridad a la defensa y confianza a los aficionados. Destacó por su capacidad para leer el juego, sus atajadas espectaculares y su temple en momentos críticos.

Uno de sus momentos más recordados fue durante la Copa América 2004, donde sus actuaciones fueron clave para que Perú alcanzara los cuartos de final, demostrando su calidad internacional frente a selecciones de alto nivel. Más allá de sus habilidades técnicas, Ibáñez fue un líder nato. Su voz en el vestuario y su ejemplo en el campo inspiraron a generaciones de futbolistas peruanos. Disputó más de 50 partidos con la “Blanquirroja”, dejando un legado de compromiso, profesionalismo y amor por la camiseta. Tras su retiro del fútbol profesional, Ibáñez continuó vinculado al deporte como entrenador y formador, transmitiendo su experiencia a nuevas generaciones y manteniendo viva su pasión por el fútbol peruano. En su faceta como entrenador, dirigió equipos como Universitario de Deportes, Cienciano, Comerciantes Unidos y Real Garcilaso. Ahora, tendrá el desafío de encabezar a la selección en un momento clave de las eliminatorias.

Óscar Ibáñez no solo fue un gran arquero; fue un embajador del espíritu de lucha y perseverancia que caracteriza al fútbol peruano. Su historia es un testimonio de cómo la dedicación y el amor por el deporte pueden trascender fronteras, convirtiéndolo en uno de los referentes más importantes de la selección nacional.

 
 
 

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